
NotiUrquiza
Situación económica
¿Qué paso luego de Batalla de Caseros?
Sol Papalardo
Urquiza, después de la batalla de Caseros (febrero de 1852) donde venció a Rosas, mantuvo su decisión de no delegar su poder antes de una Constitución. Con el propósito de dar cumplimiento a lo establecido en el Pacto Federal de 1831 (fue un primer paso hacia la organización constitucional del país), y por invitación de Urquiza, los gobernadores de todas las provincias se reunieron en San Nicolás el 31 de mayo de 1852.
El Congreso Constituyente reunido en Santa Fe sesionó sin la presencia de los representantes de Buenos aires y el 1º de mayo de 1853 sancionó una Constitución Nacional. Esta establecía la forma representativa, republicana y federal de gobierno, además de la federalización de la ciudad de Buenos Aires y la nacionalización de la aduana y sus ingresos.
Pero la Confederación no tuvo la fuerza necesaria para imponer estas decisiones a Buenos Aires. En julio de 1853, la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires aceptaron la separación de hecho y comenzaron por separado la tarea de la organización institucional.
Durante este período se propició una amplia política inmigratoria, facilitando la instalación de colonias agrícolas integradas por colectividades europeas. Además, se iniciaron los estudios para el trazado de líneas férreas desde Rosario a Córdoba y a Mendoza. Conjuntamente, se favoreció la exploración de los ríos interiores.
La secesión de Buenos Aires privaba a la Confederación de recursos aduaneros ya que el puerto porteño los absorbía casi por completo. La insuficiencia de recursos produjo una verdadera crisis rentística que derivó hacia presupuestos deficitarios.
El Congreso aprobó una ley de derechos diferenciales que establecía que las mercancías introducidas directamente a los puertos de la Confederación pagarían una tasa común, mientras que las que procedían de esa plaza se gravarían con el doble o el 30% de la tasa ordinaria, destinándose para ese efecto el puerto de Buenos Aires.
La ley buscaba disputarle el monopolio del comercio ultramarino pero sus efectos no se hicieron sentir porque los buques extranjeros siguieron prefiriendo el puerto porteño.
La constitución: fomento de la inmigración
En el Preámbulo de la Constitución Argentina se menciona un fin acerca de la inmigración "Asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros [...] y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino". Esto significa que el país debía poblar su territorio a través de una política inmigratoria.
En 1856, menos del 10% de la población de Buenos Aires eran inmigrantes. La mayoría de los inmigrantes provenían de Europa, estos aportaban una mayor experiencia de trabajo y conocimientos técnicos.
Las tierras fiscales fueron ofrecidas a individuos o compañías que las quisieran subdividir y organizar en colonias. Para esto se necesitaba una cierta capacidad empresaria, porque no se trataba solo de llegar e instalarse en las tierras que se pudieran conceder.
La confederación, para poder competir con Buenos Aires, estaba obligada a conceder mejores condiciones a los posibles inmigrantes. Fue así como una gran cantidad de colonias se arraigaron en Santa Fe, sur de Córdoba, y Entre Ríos, con buen apoyo oficial.