
NotiUrquiza
Justo José de Urquiza
La batalla de Caseros en 1852 significo un cambio en la historia argentina: La caída de Juan Manuel de Rosas dejaba abierto el camino para la organización constitucional del país.
Urquiza, fue gobernador de la provincia de Entre Rios, general, estanciero y estadista. Fue presidente de la Confederacion Argentina (1854-1860).
El conflicto era en esencia económico: Entre Ríos venía reclamando la libre navegación de los ríos –necesaria para el florecimiento de su economía- lo que permitiría el intercambio de su producción con el exterior sin necesidad de pasar por Buenos Aires.
En 1829 Juan Manuel de Rosas asumía la gobernación de Buenos Aires ejerciendo una enorme influencia sobre todo el país. A partir de entonces y hasta su caída en 1852, ejercerá el poder en forma autoritaria. Rosas se opuso durante toda su gestión a la organización nacional y a la sanción de una Constitución. Ello hubiera significado el reparto de las rentas aduaneras con el resto del país y la pérdida de la hegemonía porteña. A partir de 1851, Justo José de Urquiza, su ex aliado, había decido enfrentarse al gobierno bonaerense y alistó a sus hombres en el llamado Ejército Grande. Avanzó sobre Buenos Aires y derrotó a Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852.
Gobierno de la provincia

Horas después, Rosas escribía su renuncia: “Sres. Representantes: Es llegado el caso de devolveros la investidura de gobernador de la provincia y la suma del poder público con que os dignasteis honrarnos. Creo haber llenado mi deber como todos los señores representantes, nuestros conciudadanos los verdaderos federales y mis compañeros de armas. Si más no hemos hecho en el sostén sagrado de nuestra independencia, de nuestra integridad y de nuestro honor, es porque no hemos podido. Permitidme, Honorables representantes, que al despedirme de vosotros, os reitere el profundo agradecimiento con que os abrazo tiernamente y ruego a Dios por la gloria de V.H., de todos y de cada uno de vosotros. Herido en la mano derecha y en el campo, perdonad que os escriba con lápiz y en una letra trabajosa. Dios Guarde a V.H.”
Su gobierno fue paternalista, en el sentido de que gobernó sin consultar al pueblo, pero en beneficio de éste. Gobernaba desde Concepción del Uruguay o desde su campamento militar de Calá. En varios sentidos fue muy similar a Rosas y a otros caudillos de la época. Protegió a la ganadería, favoreció la instalación de saladeros de carne vacuna, hizo exigir la papeleta de conchabo a todos los peones rurales, mejoró los caminos y los puertos, instaló molinos de agua, y ayudó al establecimiento de pequeñas industrias. Ejerció un poder de policía muy eficaz, pero muy cruel, ya que a la menor falta, los delincuentes eran sencillamente ejecutados.
Ordenó llevar la contabilidad con una precisión desconocida hasta entonces. Impuso un control fiscal estricto, y una dedicación intensa a los funcionarios y empleados; redujo el gasto público sin descuidar las funciones del estado, e hizo publicar mes por mes los gastos e ingresos por la prensa.
El Pronunciamiento
En enero de 1851 apareció en el periódico "La Regeneración" de Concepción del Uruguay titulado "El año 1851", que indicó el puntapié inicial de la ruptura con Rosas.
El 1.º de mayo de 1851, se anunció el llamado Pronunciamiento de Urquiza. Se trató de un anuncio de la legislatura entrerriana, en que se aceptaban las repetidas renuncias de Rosas a la gobernación de Buenos Aires y a seguir haciéndose cargo de las relaciones exteriores. Reasumía también el manejo de la política exterior y de guerra de la provincia. Por último, se reemplazaba de los documentos el ya familiar "¡Mueran los salvajes unitarios!", por la frase "¡Mueran los enemigos de la organización nacional!".
Dejando de lado el eufemismo de aceptar las renuncias de Rosas, se trataba de una reacción contra la dominación política y económica de la provincia de Buenos Aires, con objetivos políticos y económicos, ocupando en principio la organización constitucional un lugar secundario.